La música es un eco del mundo invisible
Giuseppe Mazzini
El oído musical en los niños, al igual que sucede con la orientación espacial, la psicomotricidad fina, el equilibrio o la creatividad, se trata de una habilidad que puede trabajarse.
La estimulación sensorial en los primeros meses de vida es clave para fomentar el desarrollo del sentido del oído, que ya se forma durante el embarazo. Después, introducir a los hijos en la educación musical y los juguetes especializados abre el camino para trabajar este aspecto. Comencemos por definir qué es el oído musical y qué aspectos abarca.
¿Qué es el oído musical?
El oído musical hace referencia a la capacidad de dar significado musical a las notas que la persona percibe.
Funciona de la misma forma que cuando escuchamos una palabra y le otorgamos un significado concreto. Tener buen oído musical también implica la capacidad de escuchar y comprender la música interiormente aunque no esté sonando físicamente.
Los pedagogos consideran que se trata de una destreza importante, tanto para músicos profesionales como a nivel amateur. Comenzaría por un reconocimiento primario de las propiedades acústicas de cada nota, como tono, duración, timbre e intensidad.
Y continuaría por la integración, permitiendo diferenciar el sitio de cada nota en la escala, así como discriminar la melodía, la armonía o el ritmo.
Técnicas para estimular el oído musical
La música está considerada el lenguaje universal, por lo que hay un amplio abanico de actividades que permiten estimular este tipo de trabajo cognitivo en el cerebro de los niños. Antes de conocer los trucos y recursos, debes saber que la actividad musical tiene muchos beneficios para tus hijos.
Según Kids Academy, es útil para la planificación motriz, la coordinación y el desarrollo sensorial; potencia el desarrollo de las capacidades espaciales y matemáticas -como el recuento, la sincronización o el reconocimiento de patrones-; ayuda a mejorar la memoria, el desarrollo del lenguaje y la alfabetización con la ayuda de las canciones y refuerza el desarrollo socioemocional.
- Bailar buscando el compás: La danza y los movimientos específicos son ideales para que los niños aprendan a encontrar el ritmo y moverse de forma sincronizada, marchando, dando palmas o posando de un modo distinto. Así, hallarán el compás y mejorarán su coordinación motora.
- Aplaudir con palabras de canciones: Este ejercicio contribuye al desarrollo del procesamiento del lenguaje, las habilidades motoras y la cohesión social.
- Imitar un ritmo: Las tareas rítmicas con canciones infantiles también son buenas para trabajar la atención y la memoria de patrones temporales. Puedes tocar un ritmo, pisando fuerte o utilizando instrumentos de percusión sencillos, y que tu hijo lo imite. Puedes aumentar progresivamente la complejidad y que sea él quien lo cree.
- Cambios de tempo en actividades de baile y canto: Tras conseguir un ritmo constante en una actividad de baile o canto, el adulto puede bajar la música e intentar que el niño mantenga el ritmo sin ella. Se llama sincronización adaptativa y autónoma, y aunque tiene un nivel de dificultad más elevado, es clave para mejorar las habilidades conversacionales y la planificación motriz mediante el desarrollo de la capacidad de predicción temporal.
- Aprendizaje visual o kinestésico: Los niños pueden ponerse en el suelo y encogerse o crecer según lo alto (agudo) o bajo (grave) que sea el tono de un instrumento. Otra alternativa es clasificar sonidos de animales y objetos cotidianos -impresos en imágenes- por categorías de tono, ordenándolas de mayor a menor.
- Componer sus propias canciones: Cantando, aprendiendo rimas y componiendo sus propias canciones -hay aplicaciones como Toca Dance, Kids Music, Pocoyo Classical Music o Bebé instrumentos musicales- no solo trabajarás el oído musical, sino el vocabulario, la aritmética y la lectoescritura.
- Identificar instrumentos y notas: Puedes ponerles piezas de música clásica y ayudarlos a reconocer los diferentes instrumentos por separado. Otra vía es escuchar cada nota repetidamente hasta aprenderla y conectarla con sensaciones, recuerdos o emociones en particular. Así, los niños podrán establecer asociaciones con cada nota y reconocerla con mayor facilidad.
Juguetes musicales para afinar el oído
Desde la baraja musical para aprender las notas de una forma divertida y visual a las primeras versiones de guitarra, piano o xilófono -son una introducción perfecta a la creación musical para los más peques-, pasando por la mesa de actividades musicales con sonidos y luz LED -que reproduce 20 instrumentos con un solo toque-, el completo ser de instrumentos musicales o el tambor y el piano conectables, en Cucamenta tenemos una amplia gama de juguetes musicales.
Con ellos no solamente podrás ayudar a estimular el oído musical de tus hijos, sino también a fomentar su imaginación, movimiento, motricidad, vista, memoria, y muchísimo más. Dale a clic y conoce toda la información importante y la ficha de cada uno de estos juguetes, especialmente diseñados para su educación musical.
Nos despedimos con esta bonita frase de Karlheinz Stockhausen (1928-2007). “Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música”.
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