¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta hacer un ferrocarril con espárragos?
Jules Renard
La imaginación es un increíble don intrínsecamente humano que, como decía George William Curtis “sirve para viajar y cuesta menos”.
También Alfred de Muusset nos enseñó que “abre a veces unas alas grandes como el cielo en una cárcel grande como la mano”, y Joseph Joubert la definió como “el espejo del alma”.

Tirando de una definición menos poética, pero muy acertada, la Fundación Aquae describe la imaginación como “la capacidad de producir y simular nuevos objetos, sensaciones e ideas en la mente sin ninguna entrada inmediata de los sentidos”.

Todos la llevamos dentro, y en los niños estimularla es posible a través de vías muy diversas. Gracias a ella, los niños pasan de ser observadores o receptores a creadores.

La imaginación les ayuda a desarrollar el pensamiento abstracto, a ser más críticos, a tener un mayor bienestar emocional y psicológico, a ampliar su mundo, a reírse, a combatir la ansiedad y a liberar tensiones. ¿Cómo conseguir que tu niño habite e invente otros mundos, realidades alternativas y universos paralelos, gracias al superpoder único de su imaginación?

Estas son algunas propuestas.

7 claves para potenciar la imaginación de los niños

creatividad infantil

  • Practica con ellos la escritura creativa: Meter papeles en un sombrero y sacar dos palabras a modo de binomio creativo para inventar una historia, utilizar recursos como los que proporcionan webs como la de Orientación Andújar o contar historias a varias manos mediante la técnica del cadáver exquisito es una gran manera de desengrasar la imaginación.
  • El poder mágico de los cuentos: Contarles cuentos desde bien pequeños permite ampliar la mente, fortalecer el músculo de la creatividad, generar imágenes mentales a partir de las palabras y ampliar los conocimientos, el vocabulario y la comprensión. Los cuentos clásicos, las fábulas y las leyendas populares te resultarán de gran utilidad. También es importante contarle historias inventadas, llenas de giros y sorpresas, y en las que pueda aportar sus ideas para el principio, los quiebros o el final.
  • Déjales tiempo para “aburrirse” y jugar a lo que quieran: El tiempo de juego no estructurado, aquel que no tiene reglas o instrucciones específicas, es vital para el cuerpo y la mente, tanto que se dice que debe de suponer el doble de tiempo de juego que las actividades estructuradas. "El aburrimiento proporciona a los niños una tranquilidad interior que ayuda a la imaginación y al autoconocimiento. Los procesos creativos pueden estimular intereses que permanecerán con el niño toda la vida”, explica el Melbourne Child Psychology en un artículo.
  • Manualidades a tope: Dibujar, pintar, usar plastilina, recortar o modelar arcilla son algunas actividades esenciales para estimular la creatividad en los niños, y de paso, trabajar otros aspectos como la psicomotricidad fina, la concentración o la visión espacial. Puedes ayudarte con canales de YouTube para manualidades como los que te propusimos en este artículo.
  • Fomenta los pasatiempos activos y de final abierto en lugar de los pasivos: Está genial que los niños disfruten de los dibujos animados o vean una película, pero no deben monopolizar el tiempo de ocio. Cuando los niños ven la tele, están asimilando imágenes e ideas de otras personas en lugar de crear las suyas propias, y la imaginación, como todo músculo, debe ejercitarse para no atrofiarse. Leer en voz alta, y fomentar el juego libre con materiales abiertos como los bloques de construcción, el agua, la arena, el agua, el barro o la plastelina favorece la experimentación, la libertad creativa y la resolución de problemas.
  • Deja que se disfracen: Disfrazarse -y no solo con ropa y accesorios convencionales, sino con cualquier objeto, tela o prenda que encuentren por casa, desde un mantel a un viejo sombrero o un delantal convertido en capa- permite dar alas a los niños para convertirse en otros personajes, interactuar entre ellos e inventar sus propias historias. Combinar disfraces y manualidades poblará tu casa de dinosaurios, cohetes, faraones, guerreras, duendes, alienígenas o monstruos.
  • La naturaleza tiene la llave: El contacto con la naturaleza y los espacios verdes mejoran la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la estimulación de los sentidos, el equilibrio, la coordinación, a agilidad, la forma física y la empatía con otros seres vivos, pero también la imaginación. Espacios abiertos, nuevos olores, animales y plantas fascinantes, los cambios de las estaciones o los fenómenos naturales los inspirarán y ayudarán a sentirse más conectados con el mundo.

Hay muchas más maneras de estimular la imaginación infantil: cocinando tus hijos, dejando que sean narradores por un día, inventando chistes, un guiñol o un pequeño teatro en casa, haciendo un taller de máscaras o de maquillaje, practicando mímica y sonidos, componiendo una canción o versionando canciones, aprendiendo trucos de magia o jugando a ser personajes históricos conocidos.

Juguetes para que la imaginación vuele

marioneta para imaginar

En Cucamenta tenemos varios juguetes ideales para que la imaginación de los peques despegue:
  • Marioneta Mono Sorpresa: Ideal para contar cuentos, montar un teatrillo o dejar que los más pequeños inventen sus propias historias. Recomendado a partir de los 3 o 4 años, podrás contar miles de historias sobre Jack el mono travieso al que le encanta su escondite. Ideal por su simpatía y su divertido formato.
  • Marioneta Pingüino Sorpresa: Al igual que la anterior marioneta, es una forma fabulosa de contar historias y guardar recuerdos maravillosos. Es un juguete divertido y pedagógico que potencia la concentración, la comprensión y el lenguaje.
  • Mímica: Aprovecha este divertido juego para que los pequeños practiquen mímica y aprendan a describir situaciones, personajes o historias exclusivamente a través de gestos, ademanes y movimientos corporales, sin palabras. Incluye tarjetas para dibujar uno mismo, por lo que es ideal para fomentar la imaginación.
Para terminar, recuerda esta frase. “Las personas reales están repletas de seres imaginarios”, de Graham Greene. Deja que los de tus hijos salgan a volar.

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