El verano es una época especial para los niños. Liberados de horarios y ataduras, pueden pasar mucho más tiempo al aire libre, tener contacto con nuevos deportes, inquietudes, juegos tradicionales o hobbies, hacer planes diferentes en familia o sumergirse de lleno en la naturaleza. Los que tienen la suerte de pasar unos días cerca del mar pueden aprender a nadar, interesarse por la biología marina o incluso atreverse con el surf.
El buceo para niños es una actividad fantástica que fortalece la confianza, alivia el estrés y la ansiedad, mejora la respiración y la capacidad pulmonar, fortalece la musculatura, mejora la flexibilidad y mejora el sistema inmune, gracias al contacto con la naturaleza, el agua marina y la exposición a la luz solar. Es una actividad aeróbica que, además, estrecha el contacto de cada niño con la naturaleza y le permite enamorarse del ecosistema marino, descubriendo sus tesoros como algas, corales, peces, moluscos o cefalópodos. A su vez, es la puerta de entrada a otras pasiones como la fotografía de la naturaleza o la propia natación. Y en momentos de crisis climática y pérdida de biodiversidad, le permite ganar conciencia ambiental y contribuir al cuidado y preservación de las fantásticas criaturas del océano.
Pero además, el buceo tiene otros beneficios particulares para los niños:
- Adquieren autonomía y confianza, teniendo que adaptarse a un nuevo medio e integrar las nociones de seguridad aprendidas.
- Fomenta la socialización, el apoyo entre compañeros, la cooperación y una nueva red social de amigos.
- Gana psicomotricidad: las sensaciones en el agua hacen que el niño comprenda las sensaciones de gravedad, equilibrio y bienestar, sintiéndose ligero y libre, puesto es capaz moverse en todas direcciones, descender y ascender casi sin esfuerzo.
- Desarrolla la cognición, la orientación espacial, el espíritu crítico y la reflexión.
- Es un deporte sumamente placentero: el buceo proporciona una experiencia sensorial de libertad, exploración, conocimiento y asombro, permite familiarizarse con el entorno acuático y conectar con las maravillas del mar.
- Favorece la desconexión digital de los niños y la reducción del sedentarismo, fundamentales para evitar la obesidad, la depresión o los problemas de atención.
- Mejora su autoestima y la autopercepción positiva, ya que le requiere estar continuamente superando logros, aprender a tolerar la frustración y superar miedos. Favorece tanto la relajación como la concentración.
¿Cuál es la edad ideal para aprender a bucear?
Muchas familias se lo preguntan: la edad ideal para que un niño empiece a bucear generalmente se establece a partir de los 8 años, aunque para obtener la certificación de buceo en aguas abiertas, la mayoría de las agencias de certificación, como PADI, exigen que los pequeños tengan al menos 10 años.
En España, la edad mínima para practicar el buceo de forma recreativa son los 8 años, aunque las certificaciones de buceo para niños varían según la agencia y el nivel. Los niños menores de 13 años requieren el permiso de sus padres o tutores para cursos de certificación como el PADI Open Water Diver -que ofrece programas adaptados a diferentes edades centrados en la exploración del mundo acuático- o programas como el SSI Explorers -que incluye aventuras como snorkel, buceo, apnea y natación.. Estos son los principales tipos de certificaciones:
- Junior Scuba Diver / Junior Open Water Diver: son cursos de iniciación con ciertas restricciones que pueden practicar a partir de los 10 años.
- Profundidad: los niños que quieran obtener la certificación Junior Open Water Diver de 10 a 11 años pueden bucear hasta 12 metros, y de 12 a 15 años hasta 18 metros, siempre y cuando estén acompañados de un compañero con destreza equivalente y bajo ciertas condiciones.
- Transición a adultos: A los 15 años, los Junior Open Water Diver se convierten automáticamente en Open Water Diver.
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Junior Adventure Diver / Junior Advanced Diver: a partir de los 12 años, pueden progresar a estos cursos, que ofrecen una experiencia más amplia en el buceo.
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