Tirando de una definición menos poética, pero muy acertada, la Fundación Aquae describe la imaginación como “la capacidad de producir y simular nuevos objetos, sensaciones e ideas en la mente sin ninguna entrada inmediata de los sentidos”.
Todos la llevamos dentro, y en los niños estimularla es posible a través de vías muy diversas. Gracias a ella, los niños pasan de ser observadores o receptores a creadores.
La imaginación les ayuda a desarrollar el pensamiento abstracto, a ser más críticos, a tener un mayor bienestar emocional y psicológico, a ampliar su mundo, a reírse, a combatir la ansiedad y a liberar tensiones. ¿Cómo conseguir que tu niño habite e invente otros mundos, realidades alternativas y universos paralelos, gracias al superpoder único de su imaginación?
Estas son algunas propuestas.
7 claves para potenciar la imaginación de los niños
- Practica con ellos la escritura creativa: Meter papeles en un sombrero y sacar dos palabras a modo de binomio creativo para inventar una historia, utilizar recursos como los que proporcionan webs como la de Orientación Andújar o contar historias a varias manos mediante la técnica del cadáver exquisito es una gran manera de desengrasar la imaginación.
- El poder mágico de los cuentos: Contarles cuentos desde bien pequeños permite ampliar la mente, fortalecer el músculo de la creatividad, generar imágenes mentales a partir de las palabras y ampliar los conocimientos, el vocabulario y la comprensión. Los cuentos clásicos, las fábulas y las leyendas populares te resultarán de gran utilidad. También es importante contarle historias inventadas, llenas de giros y sorpresas, y en las que pueda aportar sus ideas para el principio, los quiebros o el final.
- Déjales tiempo para “aburrirse” y jugar a lo que quieran: El tiempo de juego no estructurado, aquel que no tiene reglas o instrucciones específicas, es vital para el cuerpo y la mente, tanto que se dice que debe de suponer el doble de tiempo de juego que las actividades estructuradas. "El aburrimiento proporciona a los niños una tranquilidad interior que ayuda a la imaginación y al autoconocimiento. Los procesos creativos pueden estimular intereses que permanecerán con el niño toda la vida”, explica el Melbourne Child Psychology en un artículo.
- Manualidades a tope: Dibujar, pintar, usar plastilina, recortar o modelar arcilla son algunas actividades esenciales para estimular la creatividad en los niños, y de paso, trabajar otros aspectos como la psicomotricidad fina, la concentración o la visión espacial. Puedes ayudarte con canales de YouTube para manualidades como los que te propusimos en este artículo.
- Fomenta los pasatiempos activos y de final abierto en lugar de los pasivos: Está genial que los niños disfruten de los dibujos animados o vean una película, pero no deben monopolizar el tiempo de ocio. Cuando los niños ven la tele, están asimilando imágenes e ideas de otras personas en lugar de crear las suyas propias, y la imaginación, como todo músculo, debe ejercitarse para no atrofiarse. Leer en voz alta, y fomentar el juego libre con materiales abiertos como los bloques de construcción, el agua, la arena, el agua, el barro o la plastelina favorece la experimentación, la libertad creativa y la resolución de problemas.
- Deja que se disfracen: Disfrazarse -y no solo con ropa y accesorios convencionales, sino con cualquier objeto, tela o prenda que encuentren por casa, desde un mantel a un viejo sombrero o un delantal convertido en capa- permite dar alas a los niños para convertirse en otros personajes, interactuar entre ellos e inventar sus propias historias. Combinar disfraces y manualidades poblará tu casa de dinosaurios, cohetes, faraones, guerreras, duendes, alienígenas o monstruos.
- La naturaleza tiene la llave: El contacto con la naturaleza y los espacios verdes mejoran la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la estimulación de los sentidos, el equilibrio, la coordinación, a agilidad, la forma física y la empatía con otros seres vivos, pero también la imaginación. Espacios abiertos, nuevos olores, animales y plantas fascinantes, los cambios de las estaciones o los fenómenos naturales los inspirarán y ayudarán a sentirse más conectados con el mundo.
Hay muchas más maneras de estimular la imaginación infantil: cocinando tus hijos, dejando que sean narradores por un día, inventando chistes, un guiñol o un pequeño teatro en casa, haciendo un taller de máscaras o de maquillaje, practicando mímica y sonidos, componiendo una canción o versionando canciones, aprendiendo trucos de magia o jugando a ser personajes históricos conocidos.
Juguetes para que la imaginación vuele
En Cucamenta tenemos varios juguetes ideales para que la imaginación de los peques despegue:- Marioneta Mono Sorpresa: Ideal para contar cuentos, montar un teatrillo o dejar que los más pequeños inventen sus propias historias. Recomendado a partir de los 3 o 4 años, podrás contar miles de historias sobre Jack el mono travieso al que le encanta su escondite. Ideal por su simpatía y su divertido formato.
- Marioneta Pingüino Sorpresa: Al igual que la anterior marioneta, es una forma fabulosa de contar historias y guardar recuerdos maravillosos. Es un juguete divertido y pedagógico que potencia la concentración, la comprensión y el lenguaje.
- Mímica: Aprovecha este divertido juego para que los pequeños practiquen mímica y aprendan a describir situaciones, personajes o historias exclusivamente a través de gestos, ademanes y movimientos corporales, sin palabras. Incluye tarjetas para dibujar uno mismo, por lo que es ideal para fomentar la imaginación.
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