Un buen cuento te debe dejar con muchas experiencias y algo agotado al final. ¡Vives varias vidas al leer!

William Styron

Leer un cuento a los niños antes de dormir -o con la edad, que sean ellos quienes acoplen a su rutina cotidiana el hábito de la lectura- es sumamente beneficioso.

Entre las ventajas de los cuentos para dormir, establecer esta rutina promueve el vínculo emocional entre progenitores e hijos, ayuda a desarrollar la alfabetización, el lenguaje y las habilidades socioemocionales de los niños, los incentiva a dormir más y mejor -promueve la relajación y el descanso cerebral-, ayuda a desconectar de las pantallas -su luz azul inhibe la melatonina, la hormona del sueño- y nutre su vocabulario, a la vez que potencia el desarrollo cognitivo, explican desde Sleep.com.

Cabe mencionar un estudio de 2015 publicado en Pediatrics, que confirma que leer durante los años preescolares se vincula con la activación de áreas del cerebro responsables de la imaginación y la compresión narrativa, ambas importantes para el lenguaje y el desarrollo cognitivo.

La lectura independiente en los niños y adolescentes les permite seguir aumentando conocimientos, desarrollando la empatía, mejorando sus habilidades lingüísticas y desconectar del estrés diario, de los dispositivos electrónicos o de las redes sociales. La lectura es además, esencial para prevenir y reducir problemas de salud mental como la ansiedad, así como para protegerse ante el insomnio.

En los niños más pequeños, cuanto más interactivo sea el cuento, mejor. Pon voces divertidas, hazles preguntas e incluso, improvisa con elementos cotidianos o inventa tus propios cuentos. Debe ser un rato especial, relajado, sin otros estímulos externos ni distracciones. Antes de hacer la transición a la lectura independiente, puedes reservar cierto tiempo para la lectura compartida.

Los mejores cuentos para dormir: enlaces, libros y recursos interactivos

Puedes descargar e imprimir cuentos disponibles en Internet, tirar de relatos tradicionales, apostar por cuentos personalizados o aprender cuentos para narrar de forma oral a partir de recursos interactivos.

  • Recurre a los maestros: Los hermanos Grimm, Hans Chrstian Andersen, Charles Perrault o Hoffman son una fuente infinita de sabiduría, diversión y psicología infantil. Puedes comprar alguna recopilación ilustrada o bucear en Guía Infantil para encontrar estos (y otros) cuentos tradicionales como Blancanieves, Caperucita Roja, El patito feo, Cenicienta, La sirenita, Los tres cerditos, Ricitos de oro o Hansel y Gretel, entre muchos otros. Y no te olvides de las fábulas tradicionales de Esopo, de la mitología clásica adaptada a los niños -por ejemplo, a través de Nathaniel Hawthorne- o de los relatos que hayan pasado de padres y madres a hijos en tu propia familia.
  • Recursos interactivos: aprende cuentos en canales de YouTube como Cuentos Infantiles Asombrosos, El Rincón de los Sueños Kids, Cuentos y Canciones Infantiles o Con c de cuentacuentos. También puedes bucear en blogs como Mumablue, Cuentopía, El Cocodrilo Azul, Puros Cuentos, Ana Tarambana, Donde viven los monstruos, La casa de Tomasa y un largo etcétera. Otra alternativa son las redes sociales, con cuentas como Cuentos para mi peque (@cuentos_para_mi_peque) en Instagram.
  • Cuentos ilustrados modernos para dormir: Una habitación muy ruidosa, de Alicia Acosta; Cuentos para niños que se duermen enseguida de Pinto & Chinto, ¿A qué sabe la luna? de Michael Grejniec o Querido Maxi de Mar Pavón son solo algunos de los cientos -e incluso- miles de ejemplos de cuentos para dormir disponibles en las editoriales actuales y que ayudarán a tu hijo a conciliar el sueño.
  • Cread vuestras propias historias: puedes tener un diario de cuentos para dormir en el que escribir, dibujar e idear vuestras propias historias -incluyendo incluso recortes, fotografías o pegatinas-. Así, los peques podrán ser protagonistas en otros mundos fantásticos o paraísos remotos, convertirse en superheroínas, monstruos, animales o criaturas imaginarias, viajar en el tiempo, conocer otros planetas o enfrentarse a diferentes retos, aventuras, sueños y conflictos. Deja que los pequeños participen de forma interactiva aportando su granito de arena a cada historia.
  • No te olvides de la música: Además de los cuentos, puedes aprovechar para cantar una nana -ideal cuando todavía son muy pequeñitos, para favorecer su autonomía y relajación- o poner música instrumental de fondo para dormir a bebés y niños. La música clásica y las cadencias relajantes, monocordes y a baja frecuencia -similares a los latidos del corazón- son ideales.

Cada niño tiene sus preferencias: libros ilustrados, narraciones orales, cuentos con música. Disfruta de la experiencia de convertirte en cuentacuentos, ¡y felices sueños!

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