- Estimulación sensorial: la pintura de dedos estimula varios sentidos al mismo tiempo y fomenta el aprendizaje y la capacidad perceptiva, animando a los más pequeños a usar el tacto, la vista, el oído y el olfato. Explorando y experimentando con las texturas, los estampados y la pintura, desarrollarán la integración sensorial, mejorando la memoria y la visualización. También será un apoyo para diferenciar los colores y comer alimentos de todo tipo en el futuro.
- Autoexpresión: pintar con los dedos ayuda a los niños más pequeños a comunicar visualmente sus sentimientos, exteriorizar qué les pasa por dentro y plasmar sus emociones a través de colores. Contribuye a la autoidentificación y también impulsa su autoestima y confianza, que se refuerza cuando muestran el resultado a sus seres queridos.
- Psicomotricidad fina y coordinación ojo-mano: pintar por los dedos les ayuda a entrenar movimientos manuales complejos con las manos y con los dedos, a fortalecer los músculos y a perfeccionar la coordinación ojo-mano. Ademmás de ser la base para colorear, cortar o sujetar herramientas como los lápices, estas habilidades les permitirán otras como atarse los cordones de los zapatos.
- Creatividad e imaginación: empaparse los dedos en pintura de colores y dotar de vida a un trozo de papel es sumamente divertido y estimulante. Les da carta blanca para desarrollar su creatividad y su imaginación con total libertad, centrándose en el proceso. Además, propicia que utilicen a la vez ambos hemisferios cerebrales, y despierta la sensibilidad artística.
- Desarrollo del lenguaje: diferentes estudios apoyan la hipótesis de que las artes visuales pueden mejorar significativamente las habilidades lingüísticas. Al pintar verbalizan sus pensamientos y observaciones, aumentan su vocabulario y sus habilidades comunicativas y adquieren mayor comprensión sobre el mundo que los rodea.
- Menos estrés y ansiedad: trabajar con pintura de dedos mejora la concentración, la atención y la regulación sensorial pero además, libera a los niños del estrés, evita la exposición a las pantallas y les ofrece una experiencia relajante y placentera. Las actividades artísticas como la pintura o el modelado de arcilla calman el sistema nervioso y alivian los síntomas de ansiedad, contribuyendo a segregar “hormonas de la felicidad”, que son los neurotransmisores como serotonina, dopamina y endorfinas.
- Vínculos e interacción social: pintar es muchas veces una experiencia colaborativa, alegre y compartida que permite trabajar la cooperación, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia. Los peques desarrollan habilidades valiosas como la comunicación, el compromiso y la resolución de problemas, aprenden a apreciar diferentes perspectivas y a desarrollar la empatía. También crean nuevas amistades y fortalecen los vínculos emocionales con su familia y cuidadores.
Ideas para trabajar con la pintura de dedos
Aunque lo positivo es que experimenten y jueguen de forma totalmente libre, en Internet puedes encontrar algunas buenas ideas para que los niños disfruten de la pintura de dedos:
Desde sumergir sus manos y crear patrones con las huellas a hacer impresiones con frutas y verduras, senderos de arcoíris con los dedos, estampados con papel de burbujas, creaciones en función de la estación del año o combinaciones con materiales texturizados como arena, sal o arroz.
También podéis explorar los collages o contar cuentos con los dedos, pintando os escenarios, elementos y personajes de la historia.
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