Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida

Anatole France

Convivir con un animal -especialmente un gato o un perro, las mascotas domésticas más habituales- comporta numerosos beneficios, felicidad, placer y aprendizaje a los más pequeños de la casa.

En este artículo te contaremos algunas de las ventajas de criarse en compañía de animales y también un puñado de buenos consejos para fomentar su integración y su cuidado.

Beneficios de que los niños crezcan con un animal

  • Felicidad en casa: un estudio elaborado sobre la Fundación Affinity sobre el vínculo animal destaca que quienes tuvieron contacto con una mascota en la infancia tienen menos dificultades para mantener relaciones interpersonales positivas, experimentan menos tristeza y sentimientos de amenaza y aprenden cosas de forma constante. Los animales se consideran
  • Apoyo emocional: de dicho estudio se desprende que uno de cada dos niños (46%) percibe al animal como su principal fuente de apoyo emocional después de sus padres. Les ayudan a superar la pena y el miedo, y también les dan cariño, contacto físico y consuelo ante los disgustos y problemas. El 50% también consideran a los perros y gatos sus compañeros de amistad y juegos.
  • Desarrollo de cualidades valiosas: las mascotas enseñan a los pequeños muchas lecciones importantes sobre la vida, el amor y la amistad, inculcando a través de su interacción la compasión, la consideración por los demás o la empatía. También promueven que ganen responsabilidad, autonomía y confianza, ya que tendrán que adaptar su rutina a ellos y completar tareas como servirles agua y comida, cambiar el arenero o sacarlos a pasear.
  • Mejor rendimiento académico y comunicación: los estudios sugieren que tener una mascota puede mejorar el rendimiento académico de los niños, que pueden leer sus trabajos y deberes a su perro o a su gato en voz alta sin sentirse juzgados. También mejoran la comunicación familiar y la socialización y en el caso de los niños con problemas como el TDAH, los perros forman parte de programas terapéuticos.
  • Conexión con el resto de seres vivos y mayor conciencia medioambiental: los niños que conviven con animales desarrollarán una gran sensibilidad hacia ellos y hacia su sufrimiento, cultivando conductas ambientales positivas y de respeto por el resto de seres vivos.
  • Impacto positivo en la salud: estar cerca de animales regula el ritmo cardiaco y la presión arterial, reduce el estrés, fomenta un estilo de vida activo -al sacar a un perro a pasear, correr y jugar y estar al sol o al aire libre-. Algunos estudios sugieren que la exposición a perros y gatos puede incluso reducir las alergias en los niños.
  • Desarrollo intelectual y cognitivo: tener un animal en casa desde que el niño es pequeño estimula el desarrollo del lenguaje y las habilidades verbales, así como la psicomotricidad, la atención, la memoria, la categorización, la atención o el autocontrol, precisión, rapidez, memoria, categorización, atención y autocontrol.

Consejos para facilitar la adaptación entre un niño y un animal

  • Adapta las responsabilidades del niño a su edad: los más pequeños pueden servirles agua o comida o ayudarlos a ser cepillados y lavados. Los mayores pueden sacar al perro, acompañar a los animales al veterinario o encargarse de administrarles sus medicinas.
  • Tener precaución con ciertas pautas de higiene para el animal, especialmente con los niños más pequeños. Es clave la desparasitación, seguir el calendario de vacunación, procurar el buen mantenimiento del arenero o cortarles las uñas con regularidad a los gatos para evitar arañazos jugando.
  • Acostumbrar al animal y al niño de forma gradual y cuidadosa: si hay una embarazada, es recomendable ir acostumbrando paulatinamente al gatito o perrito al tema de la cuna, a olores como la colonia del bebé, déjale su mantita o muselina, haz los cambios graduales, permite al animal investigar y estate pendiente de sus cambios de conducta.
  • Si tu gato tiene celos, desde Experto Animal recomiendan “utilizar premios sabrosos, caricias o palabras amables”, así como aplicar feromonas apaciguadoras para mejorar su bienestar mediante aplicadores o collares. Si está alterado, déjalo solo para brindarle calma y seguridad
  • Enseña a tus hijos que los animales tienen sus comportamientos e instintos, que son seres vivos con personalidad propia y que es importante no humanizarlos, cuidarlos bien, garantizarles el mayor bienestar posible y respetarlos en todo momento. Por ejemplo, hay gatos que necesitan mucho espacio propio.
  • Cuando los niños sean muy pequeñitos, controla y vigila su interacción, estando siempre presente, por si el animal reacciona con miedo o en actitud de defensa ante un estímulo negativo. También puedes enseñar a los niños a acercarse, de forma calmada y tranquila.
  • Los niños deben lavarse las manos después de jugar, acariciar o abrazar a su mascota, especialmente antes de comer, y no llevarse las manos a las mucosas.

Ante cualquier duda, consulta tanto al pediatra como al veterinario. Y si el animal presenta problemas de conducta, siempre puedes recurrir a un etólogo.

Recuerda que la vida con animales es mucho más bonita.

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