Puzle Isla Misteriosa

A través de los puzles, l@s niñ@s entrenan la motricidad fina, mejoran la coordinación óculo-manual y se ejercitan en la concentración y la paciencia.

Asimismo, aprenden a resolver problemas con estrategias y de forma estructurada, algo que se consigue mediante la clasificación repetitiva de las piezas.

Logran reconocer mejor las formas y los colores, y la capacidad de concentración y la memoria aumentan, especialmente la memoria a corto plazo. Se ejercitan igualmente la tenacidad y la tolerancia a la frustración.

Tienen efectos positivos sobre las habilidades manuales, el desarrollo cognitivo y la percepción visual.

Por último, no hay que olvidar que al final l@s peques se ven recompensados con una fantástica imagen y se sienten orgullos@s de sí mism@s.

Los puzles mantienen la mente activa y son una fuente de alegría.

Son un entretenimiento que fascina y no solo son divertidos, sino que además modifican de forma positiva los procesos de pensamiento de nuestro cerebro.