Para comprender el amor de tus padres, debes criar a tus hijos tú mismo
Proverbio chino

Hoy estrenamos un nuevo mes, y no es un día cualquiera: cada 1 de junio se celebra el Día Mundial de las Madres y los Padres, una fecha decretada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para rendir homenaje a la gran labor y responsabilidad que desempeñan las familias en la crianza y educación de sus hijos, quienes representan el futuro de la humanidad.

Además de procurar cobijo y sustento, velar por su salud y cubrir las necesidades básicas de sus hijos, las familias también son las responsables de que los niños desarrollen un apego seguro.

Este tipo de apego provoca que en la edad adulta los niños tengan la capacidad de tener relaciones sanas con otras personas, establecer vínculos de confianza y desarrollar un entorno de intimidad y cercanía.

¿Qué es el apego seguro?

el apego seguro

El apego es el vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o la persona encargada de su cuidado. La función del apego desde la infancia más temprana es asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad. En el primer año de vida, el bebé establece su vínculo de apego con la persona o personas encargadas de su cuidado y comienza a tener miedo a los desconocidos. El apego le brinda seguridad en contextos de amenaza, le permite explorar el mundo y relacionarse con otros sabiendo que tiene protección. El apego seguro es el que se caracteriza por la incondicionalidad: el niño se siente valorado, aceptado y querido por su cuidador, y depende de si este es constante a la hora de darle la seguridad que necesita y cubrir sus necesidades. La psicóloga Katia Aranzabal Barrutia explica en su blog que los niños con apego seguro tienen mejor desarrollo del cociente intelectual y un mejor rendimiento escolar, se expresan mejor y hablan antes, manifiestan un juego simbólico de mayor nivel, un funcionamiento metacognitivo más precoz, mejor conducta exploratoria, más habilidades en la lectura, una autoestima e inteligencia social más elevadas, aprender a diferenciar entre el yo y los otros antes y son más positivos, abiertos y realistas al procesar la información. Las interacciones de los niños con apego seguro son más confiadas y fluidas; su comportamiento es más activo y tienen una sintonía emocional con su figura de apego. De adultos, no tienen miedo al abandono y tampoco les asusta crear relaciones de intimidad.

Otros tipos de apego: ansioso, evitativo y desorganizado

  • Apego ansioso-ambivalente: En este tipo de apego el niño no confía en las figuras a su cuidado y, por tanto, tiene una sensación permanente de inseguridad y angustia, así como sentimientos contrapuestos. El origen está en unas conductas de cuidado inconsistentes o fluctuantes por parte de sus cuidadores. El miedo y la angustia ante la separación, así como la dificultad de calmarse, son comunes en los menores con este apego, temerosos ante el entorno y con dependencia emocional y temor al abandono en la edad adulta.
  • Apego evitativo: Los niños o bebés con apego evitativo tienen conductas de distanciamiento, ya que no confían en sus cuidadores. No lloran con la separación, evitan la intimidad y el contacto o se interesan solamente en sus juguetes. Tienen signos fisiológicos asociados al estrés, y se sienten poco valorados y queridos. También tienen dificultad para comprender las emociones ajenas, y expresar o reconocer las propias. De adultos rechazan la intimidad y tienen problemas a la hora de relacionarse.
  • Apego desorganizado: Se trata de una combinación entre el apego ansioso y el apego evitativo, traducido por algunos especialistas en una carencia total de apego. Aparece cuando los cuidadores tienen conductas inseguras y negligentes, y constituye el opuesto al apego seguro. Son niños con conductas explosivas, destructivas y contradictorias, desde reacciones iracundas a comportamientos compulsivos o destrucción de juguetes. De adultos sienten mucha frustración y rabia, desbordamiento emocional y evitación de la intimidad. Suelen tener relaciones conflictivas o rechazarlas por completo.

Para fomentar el apego seguro en los niños, debes controlar su entorno físico, estimularlos de forma acorde a su edad, darles sentimiento de seguridad y confianza, brindar cuidados constantes y basar la relación de calidad en la aceptación, el apoyo, el cariño, la cooperación mutua y la amplia disponibilidad.

¿Qué es el objeto de apego en niños?

objeto de apego

Si te has fijado, la mayoría de bebés y niños pequeños tienen un cariño especial por un objeto que siempre les acompaña, que bien puede ser una mantita, un cojín, un muñeco o un peluche. Lo abrazan para dormir o buscan consuelo en él cuando tienen una rabieta.

Se trata del objeto de apego, también llamado objeto transicional y que representa el apego que el bebé siente por su principal cuidador o cuidadores. .. Desde la web de Bebés y Más explican estupendamente sus características: suele presentar una textura agradable y suave -similar a la de la madre, y que remite a la necesidad de protección de las crías-. También suele ser blando.

Es importante saber que este objeto no puede ser impuesto: es el niño quien lo escoge de forma arbitraria y totalmente libre, y así debe ser. No puede sustituirse -o el niño sentirá una profunda tristeza, que no se irá con reemplazarlo por otro o cambiarlo por uno nuevo-. Es como un amigo o compañero fiel que está siempre en su campo de visión o a su alcance. Suele gustarle llevarlo de paseo, dormir con él, llevarlo en el coche, o jugar con él en las diferentes estancias de la casa.

Este objeto posee un olor especial, ya que el bebé lo manipula, abraza, muerde o chupa: los especialistas recomiendan no lavarlo o lavarlo sin que el niño se de cuenta: puede ser impactante para él ver este objeto dentro de la lavadora.

Algunos niños tienen fenómenos transicionales en lugar de objetos de apego: conductas repetitivas para calmarse como coger tu mano para dormir, tocarse el pelo o chuparse el pulgar, por ejemplo.

Recuerda que los objetos de apego son fuentes de seguridad, cariño y consuelo: se convierte en un elemento imprescindible para controlar la ansiedad por separación, darles placer y compañía o dormir de forma relajada.

En Cucamenta puedes encontrar una amplia selección de peluches y doudous que pueden convertirse -recuerda dejar que sea el bebé quien lo elija- el objeto de apego de su hijo, o ayudarte a estimular el apego seguro. Desde los minipeluches como el unicornio, la jirafa, el hipopótamo o el zorrito a la ballena de peluche tranquilizante, o el doudou conejito Justin, y el adorable peluche elefante Noa.

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