Amo la bicicleta. No puedo pensar en un ser humano decente, hombre o mujer, joven o viejo, santo o pecador, que pueda resistirse a la bicicleta
William Saroyan
Este lunes ha tenido lugar el Día Mundial de la Bicicleta, y hoy queremos rendir homenaje a ese objeto perfecto que no solo constituye un medio de transporte sostenible, barato y ecológico, sino un fantástico deporte y un modo de conectar con la naturaleza y pasar más tiempo al aire libre.
En el año 2018 la Organización de Naciones Unidas, en aras del desarrollo sostenible y la salud pública, declaraba el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta. No hay que esperar a ser adulto ni es necesario vivir en el campo para utilizarla: niños, jóvenes y mayores pueden obtener todos los beneficios de andar en bicicleta, y además, las ciudades están cada vez más repletas de carriles bici.
¿A qué edad pueden aprender los niños a montar en bici?
Como te contábamos en un anterior post, los niños pueden aprender a andar en bici desde una edad bastante temprana. El primer paso para los peques es a partir de los 3 años, donde comienzan sus pinitos con los triciclos y las bicicletas sin pedales, también llamadas bicis de equilibrio.
A los 4 o 5 años les toca el turno a las bicicletas con pedales y ruedines. Cuando manejen bien el manillar y controlen su equilibrio, los ruedines pueden eliminarse. Entre la franja de edad situada entre los 3 y los 8 años -depende mucho de cada niño- podrán aprender a pedalear sin apoyo.
Presta atención a su cuerpo, permite que expresen su miedo o sus ganas y no te olvides nunca del material de seguridad, como el casco, las rodilleras o las coderas.
Beneficios de montar en bici para niños
- Adiós al sedentarismo: las principales directrices recomiendan que los niños realicen actividad física moderada o vigorosa durante un mínimo de 60 minutos diarios, y la bicicleta es un estupendo modo de mantenerlos físicamente activos.
- Hábitos saludables y un buen nivel de actividad física: Andar en bicicleta con regularidad fortalece los músculos, mejora la salud cardiovascular y aumenta la resistencia, la fuerza, el equilibrio, la coordinación y la capacidad pulmonar. Un estudio de 2019 publicado en Pediatrics encontró que los niños que van al colegio en bicicleta son más activos físicamente y mantienen un peso corporal más saludable. Otra investigación de la Universidad de Rutgers confirma que también tienen más tendencia a continuar este hábito cuando sean mayores.
- Salud mental: la bicicleta es una actividad muy placentera relacionada con la secreción de hormonas de la felicidad y la disminución del cortisol. Los niños liberan endorfinas, ganan claridad mental, liberan el estrés y combaten la ansiedad gracias a este ejercicio al aire, que ofrece un gran mecanismo natural para mejorar el estado de ánimo. También facilita la conexión entre mente y cuerpo. Algunos lo llaman “meditación en movimiento”.
- Desarrollo cognitivo: no solo es un bálsamo para el cuerpo, sino también para la mente. La coordinación física necesaria para andar en bicicleta mejora las habilidades motoras finas y gruesas, fomenta la resolución de problemas, la toma de decisiones y la conciencia espacial o sentido visomotriz mientras los niños navegan por sus rutas.
- Ganan en autonomía y responsabilidad: ir en bicicleta al colegio incentiva la independencia de los niños, y provoca que aprendan a administrar su tiempo, a cuidar sus cosas y a planificar su ruta. No solo influye sobre la autonomía, sino sobre la autoestima y confianza en sí mismos.
- Interacción social y familiar: al salir a andar en bici se estrechan los vínculos con amigos, familiares y compañeros de clase, a la vez que se practican habilidades de comunicación, se fomenta el cuidado del medio ambiente, el aprecio por el transporte sostenible -la bici implica una menor huella de carbono y menor congestión de tráfico- y también el aprendizaje temprano de la normativa de seguridad vial.
Estas son solo algunas de las ventajas de montar en bici para niños: otras son una mejor concentración, la mejora de calidad del sueño, menor tiempo diario entre pantallas -y reducción de la probabilidad de adicción a las nuevas tecnologías-, o a largo plazo, el amor por el ciclismo para toda la vida.
Cómo enseñar a un niño a montar en bici
Hay algunos fantásticos consejos para enseñar a tu hijo a montar en bici:
- Ajusta los pedales, el manillar y el asiento para que estén adaptados a su edad, altura y complexión física. Es importante, especialmente en las primeras fases de aprendizaje, que tu hijo pueda apoyar los pies en el suelo sin sentarse.
- Empieza por una bici de equilibrio como las que tenemos en Cucamenta: al carecer de pedales, los niños regulan su equilibrio con el propio cuerpo, perfeccionan su coordinación y les otorgan una sensación de control mucho mayor. Conforme su equilibrio se vuelve más estable y ganan precisión en la bicicleta, es más probable que hagan una transición suave a una bicicleta tradicional con pedales. Además, al estar más cerca del suelo hacen que las caídas sean mucho menos intimidantes. Otra alternativa es comenzar con un triciclo.
- Aprendizaje en positivo: al igual que sucede con la natación, no debes obligar a los niños a quitar los ruedines o a realizar con la bicicleta maniobras que los asusten o que los deseen. Es importante buscar un entorno bastante vacío, llano, tranquilo y agradable, carente de obstáculos para reducir la probabilidad de caídas.
- El poder de la inercia: un ejercicio muy útil consiste en mirar al frente en la bicicleta, impulsándola con los pies, manteniéndolos en el aire y dejando que avance con la inercia, sin dejar de mirar al frente. A base de repetirlo, el niño podrá hacer tramos más largos, y después probando cambios de dirección o desplazamientos en zigzag sin apoyar los pies. Después de dominar el control y el equilibrio, es fundamental aprender a girar y a frenar.
Desde que la conocen, su amor por la bici se hará eterno. ¡Mucha suerte en vuestra aventura!
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