Lo que la mano hace, la mente lo recuerda
María Montessori

Seguramente hayas escuchado en alguna ocasión la noción de psicomotricidad fina y no sepas exactamente a qué se refiere este concepto, fundamental en diferentes etapas del desarrollo infantil.

En este artículo podrás explorar qué significa realmente y cómo puedes trabajar la psicomotricidad desde que tu hijo es un bebé a través de juguetes especializados y actividades diversas, tanto en casa como en el cole.

¿Qué es la psicomotricidad fina?

La enciclopedia médica Medline Plus define la psicomotricidad fina como “la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos”. Un ejemplo muy claro de control de la motricidad fina es poder coger un pequeño elemento con el dedo índice y el pulgar.

La psicomotricidad fina abarca los movimientos que precisan más habilidad, precisión y destreza, e implica cierto nivel de aprendizaje y madurez, siendo clave para alcanzar metas dentro del crecimiento y dominar las actividades complejas. Hay dos características particulares que tiene la motricidad fina: la coordinación y la precisión.

Un niño o niña está trabajando la psicomotricidad fina cuando es capaz de colorear, cortar, pintar o jugar, comer pequeñas piezas de fruta, lavarse las manos, cepillarse los dientes o atarse los cordones de los zapatos. Desde el centro de psicología y logopedia Consulta 21 apuntan a que el movimiento psicomotor fino normalmente viene dado en el siguiente orden:

  • Reflejos
  • Prensión
  • Prensión palmar
  • Lateral de pinza
  • Pinza con tres dedos
  • Presión de pinza
  • Destrezas manuales

¿A qué edad se desarrolla la psicomotricidad fina?

psicomotricidad fina pinza

La psicomotricidad fina se desarrolla en diferentes fases desde el nacimiento a los 6 años.

A partir de los 4 o 5 meses ya pueden coger juguetes y objetos sin mirarlos, mientras que uno de los avances más significativos se produce entre los 12 y los 15 meses, cuando logran utilizar los dedos a modo de pinzas o tenazas.

Entre el año y los 3 años los niños comienzan a desarrollar la lateralidad de la mano derecha o izquierda, tienen destreza para hacer algunas formas geométricas, manipulan cosas de forma más sofisticada y pueden marcar teclas, pasar las páginas de un cuento o tirar de cuerdas.

De los 3 a los 4 años, los niños adquieren nuevas habilidades cada vez más complejas, como comer con cubiertos, utilizar tijeras, poner su nombre en mayúsculas o abrochar botones.

A partir de los 5 la motricidad fina está muy desarrollada: el sistema nervioso ha madurado mucho para enviar mensajes desde el cerebro a los dedos, permitiendo dibujar con detalle, cortar, pegar y trazar formas o manipular botones más pequeños.

Actividades para estimular la psicomotricidad fina

Dándoles un pequeño empujón, tus hijos podrán adquirir estas habilidades de una forma más eficaz. Sirven desde tareas cotidianas a juegos tradicionales o juguetes diseñados especialmente para fomentar este conjunto de actividades de coordinación y movimiento:
  • Trabajar con arcilla: La arcilla ofrece resistencia, permitiendo trabajar los músculos de los dedos y construir el desarrollo de las manos. Además, es muy divertida y puede practicarse al aire libre.
  • Tender la ropa con pinzas: Permite que tu hijo te ayude a tender la rpa en el tendedero interior o incítalo a jugar con pinzas depositándolas sobre una superficie. Trabajará la coordinación ojo-dedo y fortalecerá los dedos índice, corazón y pulgar.
  • Jugar con canicas: Este juguete tradicional es un objeto estupendo para trabajar tanto la estimulación sensorial -de vista, tacto y oído- como la motricidad fina. Según la edad, pueden simplemente trasladarlas con los dedos como jugar a afinar la puntería.
  • Dibujar en sal mágica: Puedes hacer una bandeja sensorial mágica de sal y purpurina como esta para que tu hijo aprenda a realizar trazos en su superficie, como letras o formas geométricas.
  • Pesca magnética: Juegos como pescar peces o patitos con una caña e imanes en el menor tiempo posible es ideal para afinar la coordinación y precisión, especialmente en niños a partir de los 3 años.
  • Crear formas con plastilina: La plastilina es un material muy versátil para fomentar la creatividad y la concentración, aprender los colores o trabajar la motricidad fina. Pueden desde cortar formas a generar o copiar figuras geométricas. Es clave para la concentración ojo-mano.
  • Dibujar en cartulina: Los moldes permiten a los niños dibujar con tiza, rotulador o lápiz diferentes figuras como corazones, estrellas o círculos. Un segundo paso podría ser pegar sobre las líneas dibujadas lana de colores. Otro recurso muy eficaz es dibujar plantillas completando las líneas de puntos.
  • Apilar bloques: Las construcciones con imanes o bloques de madera de colores permiten mejorar el agarre, trabajar la coordinación y el equilibrio y dominar la manipulación de pequeñas piezas.

Juguetes para trabajar la psicomotricidad fina

casa con cierres para psicomotricidad fina

En Cucamenta disponemos de una amplia selección de juguetes para trabajar la psicomotricidad, como las construcciones magnéticas, las tabletas de luz, las ceras lavables para pintar, los bancos y cajas de herramientas, un juguete muy especial para atar los zapatos, la mesa de multiactividades o la caja de aprendizaje con cierres. No solo se centran en el desarrollo psicomotor, sino que contribuyen a muchas otras áreas como la imaginación, la comprensión, la capacidad visual y espacial o el razonamiento lógico-matemático.

0 comentarios

Dejar un comentario

Todos los comentarios del blog se comprueban antes de su publicación