No huyo de un reto porque tenga miedo. Al contrario, corro hacia el reto porque la única forma de escapar al miedo es arrollarlo con tus pies
Nadia Comăneci
Vacaciones, sol, días largos y tardes radiantes: el verano es una de las mejores épocas del año para que los niños practiquen actividades al aire libre, que aportan numerosos beneficios a su salud. Jugar en la naturaleza les permite tener un sistema inmune fuerte, una microbiota más sana, menos ansiedad y estrés, un mejor sueño por la noche, la dosis adecuada de vitamina D o un mejor desarrollo cerebral.
Además, practicar deporte fuera de casa estimula sus sentidos, los conecta con el sentido de pertenencia al planeta -como decía Gary Snyder, "la naturaleza no es un lugar para visitar. Es el hogar"-, potencia la conciencia medioambiental y el respeto hacia el resto de seres vivos, alimenta su creatividad y curiosidad y fomenta la socialización y la cooperación.
Patinar -tanto en patines en línea como en cuatro ruedas, en patinete o incluso en skate o monopatín- o montar en bicicleta son dos de las nuevas habilidades y deportes que tus hijos pueden aprender o perfeccionar en verano. Para empezar, es esencial tener paciencia, cuidar al máximo la seguridad y disfrutar del proceso.
Pero tanto cuando los niños se calzan los patines como cuando se suben al sillín de la bici, hay algo importante de lo que no te debes olvidar: de los elementos indispensables de protección. El más importante es el casco, pero también lo son las codilleras y las rodilleras.
¿Cuándo se deben usar los elementos de protección?
La respuesta es siempre. Los niños y niñas están diseñados para caerse, y no pasa nada. Por ello, cuando usan la bicicleta, el patinete o los patines.
El casco, las rodilleras y las coderas minimizan los golpes y las heridas, evitan lesiones y traumatismos más graves, protegen los huesos y articulaciones y también les brindan una mayor sensación de seguridad, especialmente a los niños más temerosos. También son importantes los guantes para dar una capa de protección extra a las manos, esa parte del cuerpo tan útil con la que descubren el mundo, juegan, tocan, cocinan o exploran.
En Cucamenta podrás encontrar todos estos materiales, especialmente diseñados para que los niños se diviertan con estas actividades en edades tempranas:
- Casco: disponible en dos colores -rosa y azul-, garantiza la seguridad durante la fase de aprendizaje del equilibrio y es fácilmente ajustable para niños de 2 a 5 años. Es liviano, perfectamente válido para andar en bicicleta, patinete o patines y tiene un diseño moderno y elegante, inspirado en la moda del skate.
- Conjunto de protecciones para deportes de ruedas: este kit es ideal para los niños y niñas que se sumerjan en la aventura de patinar o andar en bici. Incluye protección para manos, codos y rodillas, imprescindible para los pequeños patinadores y ciclistas. Disponibles, al igual que el casco, tanto en azul como en rosa, son la solución perfecta para darles a los peques una capa adicional de seguridad mientras aprenden y disfrutan del verano sobre ruedas.
Recuerda que la edad mínima para enseñar a un niño a montar en bici son los 3 años -triciclo y bici de iniciación, sin pedales- o bicicleta con pedales y ruedines a partir de los 4 o 5 años.
En el caso de la edad ideal para aprender a patinar, a los 4 o 5 años, la inmensa mayoría de los niños están preparados. Además, no es necesario que tengan un gran equilibrio previo, ya que lo aprenderán de forma natural mientras aprenden a manejarse con los patines.
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