Andar, bailar, gatear, trepar, correr, agarrar... la lista de movimientos que un bebé va aprendiendo progresivamente a lo largo de sus primeros meses y años de desarrollo es casi infinita. Las familias y colegios pueden ayudarlo a desarrollar la creatividad, agilidad y movilidad con juguetes específicamente diseñados para ello, como el triángulo Pikler convertible con rampa que tenemos disponible en Cucamenta, uno de los tesoros más preciados de nuestro catálogo.

La creación del triángulo Pikler corrió a cargo de la pediatra húngara Emmi Pikler, que dedicó su vida al estudio del desarrollo infantil y a promover la crianza respetuosa. Esta especialista consideraba esencial la atención individualizada, el contacto humano y el movimiento libre para que cada bebé se sienta amado y seguro, y pueda explorar el mundo y descubrir su propio cuerpo y sus capacidades.

La pedagogía Pilker es un método educativo que fomenta la libertad y el respeto a la autonomía de los más pequeños durante el proceso de aprendizaje, con el objetivo de que el niño o niña sea independiente y seguro. Estos son sus principios básicos:

  • Creación de vínculos afectivos y de un apego seguro.
  • Confianza y buena comunicación para generar lazos sólidos.
  • Juego libre en un espacio seguro.
  • Libertad de movimiento -la pedagogía excluye muebles como las tronas o las cunas- e incita a que los niños puedan explorar el movimiento de forma natural y a su propio ritmo.
  • Entorno estable y fijo para generar seguridad en el niño.

"Si les damos a los niños el espacio y las posibilidades necesarias para moverse en libertad, lo harán con tanta belleza y gracia como animales: con agilidad, sencillez, confianza y naturalidad", es una de las frases más famosas de la pedagoga. Este juguete puede ayudarte a conseguirlo.

¿Qué es el triángulo Pikler?

A grandes rasgos, el triángulo Pikler se trata de es una estructura de madera para escalar diseñada para fomentar la motricidad gruesa y el desarrollo físico infantil. El triángulo Pikler con rampa, MOPITRI, nunca pasa de moda y ofrece una alternativa segura para que los niños practiquen actividades físicas a la vez que desarrollan su toma de decisiones. Se puede transformar en muchas formas para que tu hijo se divierta durante años.

Estos son los principales beneficios del triángulo Pikler:

  • Tiene un profundo impacto en el desarrollo de la motricidad gruesa: les ayuda a perfeccionar la coordinación del niño, a trabajar múltiples grupos musculares, a fomentar una conexión armoniosa entre las extremidades y a planificar movimientos. Con el triángulo Pikler aprenden a gatear, a no tener miedo a las alturas y a escalar.
  • Fomenta la actividad física: impulsa el entretenimiento activo, trabajando la flexibilidad, fortaleciendo el cuerpo y mejorando el equilibrio mientras exploran su entorno con curiosidad.
  • Mejora la conciencia espacial, ayudándoles a calcular distancia y comprender con matices las dimensiones espaciales que los rodean, así como la posición de sus extremidades en relación con la estructura.
  • Les aporta confianza e independencia, facilitando la superación de hitos y obstáculos, fomentando una autoimagen positiva y el afrontamiento de retos con optimismo.
  • Contribuye al desarrollo cognitivo, a mejorar las habilidades de resolución de problemas y la comprensión de causa y efecto, a concentrarse en las tareas y a memorizar secuencias de movimientos. También desarrollan la memoria muscular e interiorizan la disposición espacial de la estructura de escalada.
  • Fomenta el vínculo emocional con los padres, creando un espacio seguro para la comunicación y la conexión afectiva. A través del juego, las familias pueden comprender personalidad, las preferencias y los hitos del desarrollo de sus hijos. 

En definitiva, este juguete fomenta un enfoque holístico del aprendizaje, el cual reconoce la inseparable conexión entre la destreza cognitiva y las acciones físicas. Es totalmente seguro: elaborado en madera de alta calidad y sin plásticos, los peldaños están espaciados para acomodar las manos y los pies de los niños de forma segura, minimizando el riesgo de resbalones o caídas. Los ángulos y las proporciones están meticulosamente calculados para adaptarse a sus movimientos naturales.

Nunca tomaremos el control de los juegos de un niño, ni esperaremos que juegue de la manera que imaginamos que debería. Observamos si quiere jugar y, si lo hace, cómo quiere jugar. ¿Qué puede hacer el niño con el juguete y qué quiere hacer con él? Cada niño puede jugar de una forma distinta con el mismo juguete. A veces las diferencias son pequeñas, pero esenciales. Lo fundamental es que el niño descubra por sí mismo todo lo que pueda. Permitiremos que experimente de manera individual y de acuerdo con su desarrollo. No le apremiaremos. No le alentaremos a hacer cosas para las que no esté preparado. No alabaremos sus éxitos de forma exagerada”, recomienda la pedagoga. 

Para aprovechar al máximo el triángulo Pikler, cambia cada día la forma del triángulo de escalada -puedes ponerlo más bajo o más puntiagudo, en forma de casa o de plano o con dos pequeños triángulos-, adapta los retos a la etapa de desarrollo e incorpora la rampa deslizante para añadir un plus de diversión.

Finalizamos el artículo con otra frase genial de Emmi Pikler. "En el niño, incluso en el bebé, hay por naturaleza un inagotable y creciente interés en el mundo y en sí mismo. No es necesario 'entretener' a un bebé. Puede jugar durante horas, días e incluso meses con los objetos que consiga”.

 

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