Estás a punto de conocer todos los beneficios de los puzles para los niños: la ciencia ha explorado las ventajas para el desarrollo de los más pequeños de esta clase de juegos, que les permiten trabajar a la vez diversas habilidades de una forma realmente divertida y atractiva a nivel visual.
Aunque caben en una caja, los rompecabezas encierran un pedazo de mundo: permiten explorar el gusto por la geografía, la fotografía, la naturaleza, el reino animal o la geometría. Empecemos por su origen.
¿Desde cuándo existen los puzles?
Hay que mirar más de 350 años atrás: el primer puzle que se fabricó en el mundo se remonta al año 1760, y fue creado por un cartógrafo londinense llamado John Spilsbury. Este experto recortó alrededor de las fronteras de los países uno de los mapas de Europa que había creado, hecho en un tablero de madera dura.
Su rompecabezas se utilizó en Gran Bretaña como pasatiempo educativo para que los niños aprendiesen geografía. Spilsbury también puso a la venta rompecabezas de los continentes conocidos hasta el momento, y también de Inglaterra, Gales, Irlanda y Escocia. Más de un siglo después, a comienzos del siglo XX aparecieron los primeros puzles artísticos para adultos, como fuente lúdica de entretenimiento para la alta sociedad y que se cortaban cuidadosamente a mano, convertidos en joyas de colección.
Recomponer la obra de arte era todo un reto, puesto que más que encajarse, las piezas se colocaban unas junto a otras. En el siglo XX aparecieron muchas novedades: pomos, piezas figurativas, bordes irregulares o falsas esquinas. La desatada pasión por el puzle había llegado para quedarse, y también se democratizaron los materiales. Llegó el cartón, y durante la Gran Depresión estadounidense, la venta subió como la espuma gracias al "puzle de la semana" del que se llegaron a vender 10 millones de unidades semanales.
7 beneficios de los puzles para los niños
Los puzles son un completo juguete para los más pequeños de la casa. Además, pueden adaptarse a sus temáticas favoritas, y adquirirse por edades para que el nivel de dificultad cambie. Con los puzles, los niños desarrollan 3 tipos de habilidades a la vez: las físicas, las cognitivas y las emocionales, ya que se trabajan aspectos como la paciencia y obtienen una sensación de recompensa.- Mejoran la concentración: Expertos en desarrollo infantil estiman que un niño de 3 años puede concentrarse en una tarea de 6 a 15 minutos, uno de 4 años de 8 a 20 minutos y así sucesivamente. El puzle es una excelente herramienta para estimular el músculo de su concentración. Escoge rompecabezas adaptados a su edad para no potenciar su frustración.
- Adquieren conciencia espacial: Un estudio estadounidense determina que los niños de 2 a 4 años que dedican más tiempo a los puzles tienen mayores habilidades espaciales que los que no. La conciencia espacial se trata de una habilidad cognitiva compleja, que determina nuestra relación con respecto a los objetos que nos rodean y la posición relativa entre los objetos. Incluye conceptos como dirección, distancia, y ubicación y es fundamental para completar diversas tareas.
- Ayudan a aprender letras y números, y a reconocer formas geométricas: Entre los beneficios de los puzles para los niños, los rompecabezas les ayudan a distinguir entre las formas geométricas y los contornos únicos. En edades más avanzadas, ayudan a aprender sobre temas de su interés y familiarizarse con conceptos de botánica, zoología, mapas, dinosaurios, el cuerpo humano o los planetas, por ejemplo.
- Desarrollan la habilidad motora fina: Los bebés y niños más pequeños tienen que desarrollar su habilidad motora fina, la destreza por la cual el ser humano puede hacer movimientos usando los músculos pequeños de las manos y muñecas como coser un botón, escribir o cocinar. Los agarres y movimientos al jugar con un puzle -haciendo la pinza con índice y pulgar- son cruciales para sostener el lápiz y otras tareas futuras.
- Trabajan la coordinación ojo-mano: Gracias a los rompecabezas, los ojos y manos trabajan juntos, una coordinación crucial para aprender a escribir. Coger las piezas y tener que ponerlas en su lugar es el mejor entrenamiento para esta habilidad, también llamada coordinación óculo-motora o visomotriz.
- Mejoran la resolución de problemas: Los puzles mejoran la flexibilidad cognitiva de los niños, y amplían su abanico de estrategias de resolución de problemas. Para encajar las piezas, se activan áreas cerebrales de orden superior como las que tienen que ver con las tareas de organización, planificación y secuenciación. Se trabaja el pensamiento lógico, ya que el niño debe analizar las posibles maneras de encajar una pieza.
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