Se deberían tener pocos juguetes pero buenos. Un juguete bueno es aquel que sin ser nada concreto puede ser todo

Francesco Tonucci

 

Imaginación sin límite, concentración plena y un nuevo mundo para crear desde cero: uno de los juguetes educativos más interesantes y que no ha perdido ni pizca de vigencia desde su aparición son los juegos de construcción, tradicionalmente hechos con bloques o piezas de colores fabricadas con madera, aunque están disponibles en otros materiales como plástico o silicona.

Estos juguetes tienen diferentes formas -pueden ser planos, incrustarse mediante pinchitos, unirse como los Lego- y sistemas de construcción, como el apilado, los conectores, los acoplamientos, los nudos, las barras o incluso el magnetismo o los tornillos.

¿Sabes cuál es su curioso origen? En la web de iHistoria relatan que los bloques alfabéticcos empezaron a fabricarse a finales del siglo XVII para aprender las letras del abecedario. Después, evolucionaron con otros elementos ornamentales, como los números o las formas.

A mediados del siglo XVIII se empleaban para enseñar matemáticas, geometría o dibujo y se hacían en pequeñas carpinterías. Por aquel entonces eran objetos muy preciados y caros, solamente disponibles para niños de la aristocracia, que levantaban monumentos y edificios con las piezas.

Beneficios de los juegos de construcción

Parecen sencillos, pero son juguetes más poderosos de lo que piensas, y que estimulan numerosas habilidades cruciales, instando a los niños a “pensar fuera de la caja”, a mejorar la toma de decisiones o a mejorar su visión espacial, entre otras muchas ventajas.

  • Desarrollo en edades tempranas: los bloques mejoran las habilidades motoras -tanto la psicomotricidad gruesa como, especialmente, la fina-, la coordinación ojo-mano, el desarrollo del lenguaje o la socialización.
  • Habilidades espaciales: un estudio del CIRES de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) destaca que las experiencias de juego infantil moldean fuertemente las habilidades espaciales, siendo críticas para el éxito futuro en campos como la ciencia, las matemáticas y la ingeniería. Según sus conclusiones, aquellos jóvenes que jugaban a juguetes de construcción o videojuegos superaban al resto en los test de razonamiento espacial. La construcción de estructuras permite a los niños experimentar con la relación espacial y rotar permanentemente los objetos, así como comprender la simetría, el equilibrio y las formas geométricas.
  • Pensamiento matemático: según este estudio de la Universidad de La Rioja, los niños de dos y tres años se benefician de los juegos de construcción, que ayudan a afianzar conceptos abstractos del pensamiento matemático. “Los niños y niñas son capaces de generar producciones complejas que implican simetrías, evidencian ejes de rotación, crean ordenamientos complejos, consiguen equilibrios desconcertantes, recurren a equivalencias entre piezas, definen perímetros regulares de grandes dimensiones y sin referencias inmediatas”, dice la investigación.
  • Creatividad: además del pensamiento lógico, los bloques de construcción permiten a los niños ser más creativos. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid centrado en LEGO concluye que potencia la creatividad a través de la fluidez, flexibilidad, originalidad, elaboración y coherencia interna, permitiendo a los niños y niñas “innovar, arriesgar y experimentar hasta conseguir el resultado buscado”.

Además, este tipo de juguetes fomentan el juego cooperativo y el trabajo en equipo, favorecen la agilidad mental, la atención y la concentración, les enseñan a identificar el mundo que les rodea y son una herramienta de apoyo ideal para hacer los deberes. Al generar espacios inventados, sirven como escenario para desarrollar el juego libre y el juego simbólico. Y al lograr los resultados que se proponen, con estos bloques los peques mejoran su autoestima y confianza.

¿A partir de qué edad se usan?

Según el tamaño de las piezas y la complejidad del juego o del sistema de construcción, tendrás diferentes opciones. Hay opciones de cubos blandos para bebés desde los 6 meses, mientras que a partir del año encontrarás muchas opciones, como los clásicos bloques de madera.

Entre los 16 y 18 meses, tu hijo puede llegar a apilar tres bloques uno encima de otro,formando una torre, mientras que a los cinco o seis años puede crear construcciones espectaculares.

Los mejores juegos de construcción para niños

En Cucamenta ponemos a tu disposición 16 tipos diferentes de juguetes de construcción, desde variantes clásicas recomendadas a partir de los 3 años en diiferentes formas y colores a mosaicos de cubos en 3D, increíbles construcciones magnéticas, la pirámide de la selva -con un diseño vintage de la jungla e ideal para aprender animales- o el carrito con cubos para pasear, recomendado para bebés a partir de un año.

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