Los juguetes tradicionales son aquellos de diseño perfecto, que jamás caducan, que duran décadas y heredan las nuevas generaciones.

En una época de consumo rápido, modas fugaces, plástico de un solo uso e hiperestimulación constante, en Cucamenta apostamos por combinar los nuevos juguetes educativos con la magia de los juguetes de siempre, elaborados de forma respetuosa en materiales ecológicos como la madera y que tienen detrás una infinita sabiduría, mucha historia y millones de niños que se han divertido con su propuesta. ¿Quieres saber más secretos sobre ellos? Pues quédate leyendo.

¿Qué son los juguetes tradicionales y cuáles son sus beneficios?

Atendiendo a su definición más clásica, son objetos que se usaron para jugar desde tiempos muy antiguos y alrededor de todo el mundo, teniendo una especial importancia en la identidad cultural y el desarrollo de cada país.

En esta categoría pueden entrar desde juegos de mesa como el tres en raya, la oca, las damas chinas o el parchís; disfraces rudimentarios, caballitos de madera o juegos simples como cometas, peonzas, yoyos, canicas, dados, muñecos, pelotas o tabas. La goma, la comba, la rayuela o la jenga también se remontan muchas décadas atrás.

Y si en vez de juguetes hablamos de juegos, también entrarían los juegos verbales como las palabras encadenadas o las películas, los corporales como piedra, papel, tijera o palomita blanca es, o los de lápiz y papel como la batalla naval, los ceros o el ahorcado.

Por supuesto, también hay juguetes tradicionales elaborados de forma casera o manual, como coches de carreras hechos con cajas, barquitos en cáscaras de nuez, muñecas de trapo, tirachinas de cartón o bolos hechos a partir del reciclaje de botellas.

En los juguetes tradicionales también podemos incluir las versiones de coches, cocinitas, rompecabezas o juguetes de estimulación sensorial y desarrollo psicomotriz para los más pequeños. Detrás de su desarrollo hay cariño, respeto por el origen, materiales duraderos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, sencillez e imaginación.

¿Estás preparado para conocer todo lo que pueden hacer por los más pequeños de la casa?

Beneficios de los juguetes tradicionales

Los juguetes tradicionales, la mayoría de ellos elaborados con materiales como la madera -junto con cuerda, silicona, algodón orgánico o papel, entre otros- son una elección más ética, duradera y respetuosa que muchos juguetes industriales. Pero además, son un potente motor de la salud física, mental y emocional de los niños. Estas son algunas de sus virtudes.

  • Estimulan el desarrollo cognitivo: son juegos constructivos que les ayudan a desarrollar desde el vocabulario a la alfabetización, las actividades numéricas, el pensamiento lógico o la visión espacial, entre otros muchos aspectos.
  • Pensamiento creativo: muchos juguetes tradicionales, como las casas de muñecas o los trenes de madera, estimulan el juego libre, implicando un uso vivido de la imaginación del niño. Muchos de ellos tienen un carácter simbólico, y al relacionarse con escenarios, vocaciones y profesiones reales permiten trabajar mundos imaginarios, fomentar la empatía y propiciar el intercambio de roles.
  • Mejoran la comunicación con las familias: un estudio reciente comparó el impacto de diferentes tipos de juguetes en la comunicación entre las familias y los niños, concluyendo que los juguetes electrónicos generaban menos intercambio de palabras entre el niño y su cuidador. Mientras, los juguetes tradicionales les ayudan no solo a mejorar la interacción, sino también a enriquecer sus habilidades lingüísticas y comunicativas.
  • Promueven la actividad física: muchos juguetes tradicionales, desde los columpios al yoyo o a las canicas implican movimiento, desarrollo muscular, concentración, coordinación, equilibrio, psicomotricidad fina o elasticidad. Agudizan los sentidos, ayudan a evitar el sedentarismo y también a dar salida al exceso de energía. Con estos juegos se corre, se salta o se baila, y también se adquiere sentido del ritmo.
  • Trabajo emocional y recuerdos inolvidables: estos juegos permiten compartir vivencias, manejar la frustración y ponerse en el lugar de otros niños, resolviendo sus propios conflictos y comprendiendo las emociones. Los niños también fortalecen su autoestima y la confianza en sí mismos, mejoran su estado de ánimo y les ayudan a reducir la ansiedad.

Este tipo de juguetes atemporales también instan a los niños a compartir, a cuidar de sus pertenencias y enseñar su uso a los más pequeños. Y les permiten conocer sus raíces y explorar el pasado: sus profesores, sus papás y mamás o los abuelos pueden relatarles recuerdos y experiencias con estos juguetes, lo cual fortalece su identidad y despierta su curiosidad. No te olvides de explorar nuestra web en busca de tu juguete tradicional favorito. 

 

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